J. J. Cale
He
disfrutado de muchos viajes –casi todos por la noche-, y aparte de la compañía
de la radio, siempre contaba en su momento con un arsenal de cintas que luego
dejaron paso a los Cds.
Uno
de los músicos que nunca faltaba en ese repertorio enorme era J. J. Cale.
Cuando
aún no había visto cómo tocaba la guitarra, ya me parecía que no usaba púa, y
por el sonido y esos punteos tan nítidos y particulares (marca de la casa),
imaginaba unos dedos precisos y delgados.
Cuando
tuve la oportunidad de ver y comprobar cómo lo hacía, me encuentro con un
guitarrista con manos casi de agricultor tocando con una total y aparente
indiferencia.
La
mezcla de blues, country y folk; sus devaneos con ciertos toques cercanos al
jazz y una de las voces más cálidas de la música moderna, lo convertían en algo
único. A esa originalidad hay que añadir su talento para componer canciones
magníficas.
Su
influencia sobre músicos ya consagrados, la admiten estos con la misma
naturalidad que se la niegan otros.
J.
J. Cale no era un músico muy popular, aunque sí lo era entre sus colegas; pero,
esto era algo que no le preocupaba en absoluto.
Fue
versionado y repetado por gente muy importante; sin embargo –según se cuenta-,
no era muy amigo de la vida ¨normal ¨ de
una estrella. Salía al escenario el tiempo suficiente como para pasarlo bien
con quien quería y a su antojo, después, volvía a su rancho, donde se
encontraba como pez en el agua.
Allí
tenía su estudio, destripaba sus propias guitarras para rectificarlas y
hacerlas única y, desde allí, seguramente contemplaba cómo en los últimos 30
años, parte de la música que se hacía, llevaba si no su sello, un aire que lo
recordaba.
Este
post es uno de los que tenía en mi
lista sobre músicos de mis preferencias, pero cuando se nos fue en Julio de
2013, me encontré con tanta información sobre él, que decidí dejarlo para
cuando saliera como ahora lo ha hecho.
Esto
de recuperar vinilos, más que una terapia es una manera de volver a disfrutar
con el recreo de todo lo vivido.
Para
terminar, en uno de los artículos que se cruzaron en mi camino y que firma Luis
Ventoso, dice que la mujer de J. J. Cale contaba lo siguiente: ¨ Te sientas
en el porche de casa a la caída de la tarde, abres unas cervezas y escuchas
tocar a Cale. No existe nada mejor ¨ .
Tiene,
no sólo mi admiración y respeto como músico, sino como persona. Me gustaba ese
aire, nada ficticio, de que nunca pasaba nada y esa apariencia de que pasaba de
todo.
Tenía,
según cuentan, un sentido del humor tan peculiar como sus canciones.
Cuando
se fue con su fama de huidizo, dejó un rastro luminoso de canciones, toques de
guitarra y una voz de franela antigua imposible de confundir.
¨After
Midnight¨ y ¨Sensitive Kind ¨, entre otros, son dos de sus muchos temas, que
nunca me canso de oír. La primera en directo con Eric Clapton, la segunda con la portada del disco donde se encuentra.
Esta
vez levanto mi chupito de whisky a la venerable memoria J. J. Cale.